Honduras es el segundo país del mundo más peligroso para ser mujer. Cada año se registran más de 20.000 casos de violencia doméstica, cada 17 horas una mujer es asesinada y cada día una mujer desaparece. Las mujeres no tienen acceso es la tierra. El 86% de las mujeres en Honduras no tienen títulos de propiedades, en contraste con el 65% de los hombres que sí poseen títulos.

Estas limitaciones, hacen que las mujeres campesinas vivan en un constante sometimiento, opresión y pobreza que impiden su crecimiento y el alcance de sus derechos fundamentales.

Cuando las mujeres rurales se organizan y se convierten en lideresas campesinas para luchar por sus derechos, están más expuestas a violencia tanto por parte de los órganos del Estado y las empresas transnacionales como en ocasiones por parte de los propios compañeros hombres de las organizaciones campesinas en las que la cultura machista y patriarcal está profundamente arraigada.

Conscientes de esta situación las mujeres de LVC clavaron hace ya un tiempo su machete en la tierra y de su punta nació una flor con nombre de mujer. Una margarita que quiere iluminar el camino de las campesinas de Honduras

La Escuela de Formación Campesina “Margarita Murillo” busca impulsar la capacitación técnica y la formación política de las bases de las organizaciones campesinas e indígenas de la Vía Campesina Honduras con un enfoque de Feminismo Campesino y Popular y agroecológico.

Para contarnos cómo ha sido el proceso tenemos con nosotras hoy a Wendy Cruz (LVC), Yasmin Lopez (CODIMCA), Ana Salgado (Formadora y Agroecóloga) y Olvin Gutiérrez y Almis Martínez (Alumnxs de la Escuela).

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